Mientras que el cancer amenaza, yo hago una promesa

Soy un oncólogo trabajando en el Centro de Cáncer Genolier en Suiza y ex presidente inmediato de la Organización Europea del Cáncer (ECO). Antes que nada, soy marido, padre, abuelo, miembro de la familia y amigo. Nací en Brasil, donde mi abuelo había emigrado desde Finlandia. Después del instituto en Suiza, me casé con una italiana y como resultado de todo esto, comprendo siete idiomas. A lo largo de los años, he sido afortunado de conocer a muchos compañeros de la comunidad global del cancer en la Unión para el Control Internacional del Cancer (UICC).

Mis experiencias alrededor del mundo me han hecho consciente de cómo cada paciente es miembro de una familia, una comunidad, y una Sociedad. Somos personas, y a pesar de las cartas que la vida nos ha dado, hay fragilidades humanas ineludibles que pueden afectarnos a todos, siendo la enfermedad una de ellas.

Cada paciente al que he tratado me ha dejado un impacto profundo y duradero . No solo recuerdo sus caras, recuerdo sus alegrías y angustias. Y ante el dolor -y la muerte a veces - hice una silenciosa promesa a cada uno de ellos.

Le prometí a una madre, que padecía un cáncer de mama en fase avanzada, que ayudaría a descubrir y compartir las mejores prácticas para abordar todos los tipos de cáncer. Así que me convertí en el líder fundador de Sharing Progress in Cancer Care (SPCC) y en miembro del consejo de la Escuela Europea de Oncología (ESO).

Prometí a una abuela ya frágil que no dejaría que los pacientes de cáncer de edad avanzada fueran los olvidados. Desde entonces, he luchado por una oncología geriátrica más avanzada y actualmente ocupo un puesto como miembro de la junta directiva de la Sociedad Internacional de Oncología Geriátrica (SIOG), que ayudé a crear.

Le prometí a un padre, agobiado por la ansiedad severa y las náuseas y vómitos inducidos por la quimioterapia, que pondría de mi parte para garantizar el apoyo físico y psicológico a quienes se enfrentan a la aterradora incertidumbre del cáncer. Así que ahora soy el ex presidente de la Asociación Multinacional de Cuidados de Apoyo en el Cáncer (MASCC).

Les prometí a todos que encontraríamos nuevas y mejores formas de tratamiento, una cura - o lo más parecido a una. Así que he sido miembro de la junta directiva de la Organización Europea para la Investigación y el Tratamiento del Cáncer (EORTC) y de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO).

Se hicieron muchas más promesas, y el potencial para cumplirlas reside en el trabajo en equipo con la comunidad mundial del cáncer.

No se puede pedir a los pacientes que sean "pacientes". El tiempo nunca está de su lado. Así que, en lugar de dar pasos, temenos que correr con algo mejor.

Pido respetuosamente su voto para ser miembro de la Junta Directiva de la UICC. Creo que como oncólogo internacional que trabaja por todo el mundo, puedo ayudar a unir las fuerzas necesarias para lograr los objetivos de la UICC, los cuales coinciden con los míos

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